“En el PIM buscaremos potenciar las habilidades de resolución de problemas del alumnado, en un ambiente colaborativo y sin fomentar la competición”

18 August, 2022

Entrevista a Eva Elduque (ICMAT-UAM), coorganizadora del Pequeño Instituto de Matemáticas (PIM)

Eva Elduque, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) e investigadora del ICMAT, profundiza en esta entrevista en la metodología y el funcionamiento de PIM, el Pequeño Instituto de Matemáticas que el ICMAT ha puesto en marcha para que estudiantes de entre 14 y 18 años de la Comunidad de Madrid disfruten haciendo matemáticas. El proyecto parte del método de enseñanza reflexiva, es decir, del fomento de la curiosidad como motor de aprendizaje resolviendo problemas que no abarca el currículum escolar.

Con la colaboración del Departamento de Matemáticas de la UAM y de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), Elduque coorganiza este proyecto junto con Andrei Jaikin, miembro del ICMAT, catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y coordinador del PIM; Moisés Herradón y Adrián Ubis, miembros de la UAM. El profesorado del pequeño instituto, cuya labor será moderar y dinamizar las clases, estará formado por estudiantes de máster y doctorado del ICMAT, la UAM y la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

La primera edición comenzará el 14 de octubre y las clases tendrán lugar todos los viernes del curso académico (excepto festivos) de 17:30 a 20:00 horas de manera presencial en la sede del ICMAT. Hay numerosas plazas disponibles, por lo que, para hacer la distribución de participantes por niveles, se celebrarán pruebas, no excluyentes, los días 23 y 30 de septiembre y 7 de octubre. Las inscripciones son gratuitas y ya pueden realizarse a través de este enlace.

¿Cuál es, para ti, el principal objetivo del PIM?

Fomentar el gusto por las matemáticas en estudiantes a los que les atraigan los retos y desarrollar sus habilidades de resolución de problemas. Espero, sobre todo, que  disfruten enfrentándose a los problemas que se les planteen. Además de la satisfacción personal del alumno, acostumbrarse a pensar de manera crítica y creativa es útil en todos los ámbitos.

¿Qué tipo de motivación os gustaría que una persona tuviera para apuntarse al PIM?

Le tiene que gustar la actividad. Buscamos alumnos a los que el tipo de problemas que planteamos –algunos de los cuales ya se pueden consultar en la web- les parezcan interesantes y divertidos, tendrán que pensar en casa estos ejercicios, así que es muy importante que disfruten con ellos. Las habilidades matemáticas se desarrollan con la práctica, por lo tanto, no importa que los problemas les parezcan complicados ahora si les parecen interesantes.

¿Qué tipo de perfiles buscáis en el PIM?

El PIM es para todo el mundo interesado, en especial, queremos animar a las chicas y, en general, a estudiantes de otros grupos que históricamente no han tenido mucha representación en la comunidad matemática. La actividad no consiste en estudiar más matemáticas que las del instituto, sino en aprender a trabajar con las herramientas que ya se tienen y aplicarlas en situaciones que ayudan a desarrollar la mente.

¿Cuál es la relación del PIM con los llamados ‘círculos matemáticos’?

El PIM y los círculos matemáticos tienen en común que buscan fomentar el gusto por las matemáticas entre alumnos interesados. En Estados Unidos, por ejemplo, hay círculos matemáticos de distintos tipos. El PIM estaría en un punto medio entre varios modelos de círculo matemático; buscamos potenciar las habilidades de resolución de problemas del alumnado, pero en un ambiente colaborativo y sin fomentar la competición.

¿Cuáles son tus experiencias anteriores con proyectos relacionados con el PIM?

Cuando estudiaba el doctorado, coorganicé el círculo matemático de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE. UU.) y también fui mentora en el programa ‘Girls Math Nigh Out!” de esta misma universidad, dirigido a alumnas de secundaria.

Durante mi etapa posdoctoral en la Universidad de Míchigan (EE. UU.), fui miembro del Centro para la Enseñanza Reflexiva e impartí clases universitarias siguiendo este método. La enseñanza reflexiva se basa en fomentar la curiosidad del alumno como motor de su aprendizaje. Para ello, mis estudiantes tenían que haber trabajado en casa para estar preparados para la clase y que el trabajo en grupo que realizaban allí diera sus frutos. Los problemas que se plantean en clases de enseñanza reflexiva no son problemas tipo, sino que pretenden desarrollar las capacidades de razonamiento de los alumnos. El trabajo en grupo expone a los alumnos a distintos modos de pensar de sus compañeros y a las herramientas que otros usan. De esta manera, aprenden a respetar y poner en valor las contribuciones de los demás y las suyas propias.

También participé en las olimpiadas matemáticas en bachillerato, de hecho, los problemas que vi allí fue lo que me animó a estudiar la carrera de Matemáticas. Yo no tenía experiencia enfrentándome a problemas difíciles que requieren una solución creativa, y hubo muchos problemas de olimpiadas que no supe hacer. Pero para los matemáticos y matemáticas, y para las personas a las que les gustan los retos en general, la sensación que tenemos cuando encontramos una solución original a un problema difícil es algo que engancha.

Además, actualmente, soy profesora de Estalmat -Estímulo del Talento Matemático-.

¿Qué te gustaría adaptar de estas experiencias al PIM?

Durante las clases del PIM, los alumnos van a discutir en grupo problemas que les han supuesto un reto en casa, y este modelo se ajusta a los principios de la enseñanza reflexiva que aprendí durante mi estancia en Míchigan. Mi experiencia allí fue muy buena, especialmente, durante la pandemia y las clases online, trabajar en grupo ayudó mucho a los alumnos a formar conexiones interpersonales entre ellos y sentirse parte de un proyecto en común. Esto les llevó a aprender mucho pese a la dificultad de la situación.

La diferencia con las olimpiadas va a ser que, con el PIM, espero que los alumnos puedan aprender a disfrutar de la belleza de las matemáticas sin tener que estar en un ambiente de competición. Al fin y al cabo, cuando investigamos en matemáticas, no competimos contra nadie y colaboramos con otros matemáticos.

Del círculo matemático de Madison y de Estalmat me llevo los resultados que he visto en niños que tienen predisposición y gusto por las matemáticas. Con entrenamiento e interés, llegan a hacer razonamientos lógicos avanzados que sorprenden a su edad, y consiguen ese tipo de madurez matemática mientras participan en una actividad en la que se lo pasan bien.

Finalmente, mi experiencia como mentora en “Girls Math Night Out!” me hizo ver la importancia de actividades en las que se da voz y oportunidades a alumnado buenísimo que no se ajusta al estereotipo social del matemático. Cuando alguien no se ve reflejado en los integrantes de la comunidad matemática, es más probable que piense que las matemáticas no se le dan lo suficientemente bien, aunque no sea así. Todo el mundo es bienvenido en el PIM, y espero que los alumnos se sientan a gusto.

Sobre Eva Elduque

Eva Elduque es profesora ayudante doctora en la Universidad Autónoma de Madrid y es miembro del ICMAT. Su campo de investigación es la teoría de singularidades, un área en la intersección entre la topología y la geometría algebraica. Licenciada en Matemáticas por la Universidad de Zaragoza en 2013, máster en Matemáticas y Aplicaciones en la Universidad Autónoma de Madrid en 2014, obtuvo su doctorado en matemáticas por la Universidad de Wisconsin-Madison (EE. UU.) en 2019.

Elduque colaboró en el Taller de Talento Matemático de Aragón y fue preparadora del equipo de Aragón para la Olimpiada Matemática Española. Durante su etapa predoctoral, coorganizó el Círculo Matemático de Madison (Madison Math Circle) y fue mentora en el programa ‘Girls Math Nigh Out!”, de la Universidad de Wisconsin, dirigido a alumnas de secundaria. Como investigadora posdoctoral, participó en el programa ‘Parekh Family Fellow’ del centro para la enseñanza reflexiva (Center for Inquiry Based Learning) de la Universidad de Míchigan. Actualmente, es profesora de Estalmat, Estímulo del Talento Matemático.

Entre sus distinciones, destaca una beca concedida por la American Mathematical Society y la Simons Foundation, premios de investigación y docencia del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Wisconsin-Madison y de la Universidad de Míchigan-Ann Arbor.

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